jueves, 15 de enero de 2015

Llueve a la orilla de la mejilla pálida

Llueve 
a la orilla de la mejilla pálida
del alma derrotada en ninguna parte
en los recovecos del sollozo.

Llueve dentro,fría sentida 
a poco el calor no llega
y se abandona el atisbo de alegría.

Llueve con cada susurro
el que aquí no hace mas eco
y la distancia pone por medio
cual muro
por donde no escapar.

Llueve a remolinos
como el oleaje embistiendo
la pared de la casa
no hay calma
mas hundida en la pena
llegando una tormenta
atormentando la noche.

Llueve y por mas abrigo que se busca
inquilinos de la oscura 
pero serena estancia
nos invade
nos aísla.
Inguma.



2 comentarios:

  1. Extremadamente preciosas esas lagrimas no derramadas.
    Un abrazo Inguma.

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  2. Es muy hermoso este poema, con emotivas imágenes que componen sentidos versos...
    Saludos.

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